viernes, 27 de agosto de 2010



Parada obligada en Mónaco

No tenía en mis planes recorrer las hermosas calles y playas de Mónaco, pero llegue a esta ciudad casi por accidente, así como cuando uno no quiere las cosas y de pronto llegan. Había estado viajando por Europa casi seis meses y como todas las ciudades europeas están interconectadas aterrice aquí sin mayor trámite.

Estuve recorriendo Francia largo tiempo y me gusto mucho, especialmente los pueblos del interior, los pueblos rurales que felizmente aun quedan. Realice un stage en la Federación de países turísticos de la Bretagne- FRPTB, una región llena de cultura, naturaleza, gastronomía, y gente muy acogedora. Tiene ciudades religiosas, ciudades feudales, ciudades con vestigios de la época romana y ciudades feudales, muchos castillos de piedra, y fuertes de la época feudal.

Aprendí un poco de bretón y algunas danzas de la zona, por invitación de la familia que me acogió en su casa. Ya tenía casi dos meses en Francia con estadía fija en Bretagne y estaba por terminar mi stage, así que debía seguir camino. Mi próximo viaje seria a Italia a la zona de Turín, Milán y Genova para terminar con Roma, así que debía tomar algunas conexiones de trenes y bordear de alguna manera el Mar Mediterráneo. Después de analizar bien mi mapa y averiguar todas las conexiones de tren posible, me enrumbe hacia Italia. Si mi planificación no estaba mal debía hacer como tres conexiones de tren. El primer tramo Burdeos-Toulouse-Montpellier. Este tramo es maravilloso y aunque no me quede ni en Burdeos ni en Toulouse, decidí bajarme en Montpellier y quedarme un par de días. El problema es que llegue en vísperas de una fiesta local y casi no habían hoteles así que tuve que dormir en un camping, no me quedaba otra!, el camping estaba lleno de gente y hacia mucho frío, pero valió la pena. Montpellier es una de las pocas ciudades intra-muros de Europa y casi toda su construcción es del siglo XIV, XV y XVI como su Catedral de San Pedro y El Arco del Triunfo. Tiene unas plazas muy hermosas como la Plaza de la Comedia. Al día siguiente abordé otro tren para hacer el tramo Niza-Mónaco y allí cambiar nuevamente de tren pues Mónaco es la última ciudad fronteriza con Italia. De hecho no me quedaría en Mónaco porque es carísimo, así que mi plan era bajar en la estación y esperar el siguiente tren a Italia.

El tren hacia Mónaco era súper moderno, muy lujoso, diferente a los que había subido en el tramo anterior, estaba alfombrado, construcción aerodinámica, con bar, cafetería, etc. era un Eurostar y en realidad no iba con mi atuendo, yo estaba de lo mas mochilera con mi blue yean un poco desgastado, mi mochila un poco sucia de tanto subir, bajar y caer en todos los lados, y me sentía muy agotada, pero no importaba, ya casi estaba llegando a tierras italianas! El trayecto excelente, las vías del tren casi bordeaban el mediterráneo. El tren se detuvo en todas las estaciones: Niza, Cannes, Saint Tropez, y yo pegada a la ventana y a todo lo que ocurría. La gente bajaba y subía, gente muy guapa, a la moda, gente con mucho dinero, bañistas. El tren se lleno en Saint Tropez y los rieles del tren estaban casi sobre el mar, en realidad no había mucho espacio entre el mar y la línea férrea, era muy loco ver esto, aunque no lo parezca. En el tren pude ver a algunos japoneses.

La siguiente estación era Mónaco Ville, una estación muy lujosa e iluminada, aquí se bajo la mayor parte de la gente y me preguntaba: ¿vivirían aquí o venían de paseo? Desde esta estación se podían realizar conexiones a Genova, San Remo, es decir a las principales ciudades italianas. De Niza a Mónaco son como 25 minutos.

Inmediatamente me acerque a la oficina de información para consultar sobre los horarios de los próximos trenes a Roma. Después de que la señorita reviso los itinerarios me informo que no habían trenes hasta el día siguiente y eran las 11 de la mañana, ¡!!horror!!! Le pedí que revisara nuevamente y me confirmo que el próximo tren salía al mediodía del día siguiente, ¡No lo podía creer! ¡¿Qué iba a hacer en Mónaco casi dos días si es carísimo?!!! y además, esto no estaba en mis planes, ¿que voy a hacer varada aquí??. Me quede pensando alguna salida y ya no podía dar marcha atrás.

Mientras pensaba que hacer, divise a una turista oriental, de seguro japonesa, que se acercaba a la ventanilla de información. Espere un momento, sentada encima de mi mochila y vi que la chica se acercaba lentamente a mi, un poco pensativa, entonces la salude y le pregunte para donde viajaba y me dijo: “a Roma”. ¡Igual que yo!!! le conteste. “But there are not trains, and I don’t want to stay here”. Conversamos un poco, mientras decidíamos que hacer. Ella era japonesa y su plan era recorrer Italia por un mes. Después de una breve conversación nos dimos cuenta de que no había otra solución así que decidimos recorrer Mónaco y visitar al menos el Palacio de la familia Grimaldi!! Pero, que comeríamos, donde dormiríamos, aun no lo sabíamos pero aquí era imposible, todo es muy caro.

Apenas salimos de la estación divisamos el mar turquesa, hermoso, amplio, dimos un vistazo general a la ciudad, construida en un peñasco inmenso, con calles en subidas y bajadas, residencias de lujo, autos deportivos de lujo, autos de gala. La gente en la calle parecía que iba a una cena de gala o algo así, todos vestían como para una fiesta, con ropa de marca, todos a la moda, parecía un desfile, gente muy linda. Vimos muchos Rolls Royce, y en el puerto yates y cruceros de lujo, de película!!! La ciudad estaba rodeada de una belleza natural muy acogedora, piedra blanca, vegetación y el mar que nos acompaña.

El principado posee una nueva, como si la hubieran construido recién. Yo tenía algo de pan y agua, así que comí esto y mi nueva compañera de viaje tenía galletas, así que compartimos un poco. Fuimos a la oficina de información turística y nos entregaron muchos folletos muy bien elaborados en todos los idiomas. Nuestra primera visita seria el Palacio del Príncipe Alberto. Después de caminar casi dos horas y subir varias cuestas llegamos al Palacio. Ya eran como las 3 de la tarde y teníamos hambre! Pero donde comer aquí!!! Así que enrumbamos a la avenida principal donde están todos los restaurantes: ¿habrá algún restaurante chino barato aquí? ¿Habrá algún restaurante árabe?, me preguntaba, porque déjenme decirles que no hay lugar en Europa donde no haya un restaurante chino o chifas -como decimos en el Perú - o árabe con sus Kebabs y/o guisos y que en algunos viajes han sido mi salvación!!!!! Porque son baratos y ricos, pero sobretodo se parece un poco a la sazón peruana.

Llegamos a la avenida principal y solo veíamos restaurantes de 5 tenedores, de lujo, nada accesible!!! Que terrible después de recorrer varias calles, nada de nada!! Así que optamos por buscar una panadería y comprar pan y algo de jamón o algo así. Cuando ya estábamos decididas a comer solo algunos sándwich vimos a un grupo de cinco o seis turistas con sus mochilas sentados en una placita comiendo pollo con papas….y me dije: queeeeee pollo a la brasa!!!!!!! No podía creerlo, cuando vimos a este grupo comiendo en la calle una presas de pollo en unos envases plásticos nos acercamos cual náufragos a preguntar donde habían comprado el pollo. Uno de ellos nos señalo una ventanilla con un chino de Taiwan que vendía pollo, así que nos acercamos a esta especie de pollería al paso y le pedimos un trozo de pollo con papas que nos costo como 10 euros, bueno algo es algo y nos salvo.

Nos paseamos muy bien en Mónaco y como a las 6pm empezaron unos vientos helados ¿será por la cercanía al mar? entramos a un café, y nos arriesgamos a tomar algo porque no habían cafés simples o de barrio, todos eran lujosos, pero solo queríamos un te o un capucchino que nos costo cerca de 10 euros!! y encima en una copa minúscula, así que no nos quedaba otra que alargar el sorbo para que durara!!!.

Aun no nos preocupaba mucho donde iríamos a dormir, total ya nos habíamos hecho la idea de dormir en la Estación del Tren o en la plaza cerca del muelle, ya lo habíamos estado conversando pero nos reíamos de ello. Ni hablar de preguntar por un albergue de mochileros, porque ya sabíamos que no existía. Éramos las únicas en el café y los mozos nos miraban y conversaban entre ellos. Hablaban en Frances pero no tenían pinta de ser franceses, tenían pinta de árabes. Seguro que estaban intrigados que hacia una japonesa y una latina en un café de Mónaco y sin comer nada. Al poco rato uno de ellos nos hizo conversación: nos pregunto de donde éramos, como habíamos llegado aquí, si habíamos conocido todos los lugares turísticos, si teníamos alojamiento, etc. Nosotros casi ni le contestábamos y menos mi compañera japonesa que no hablaba casi nada. Alessandro, uno de los mozos italianos del Café, nos dijo que él podría hablar con un amigo para que nos albergue en el edificio donde el trabajaba y que por una noche no había problema, pero nosotras no aceptamos por precaución, no queríamos tener problemas además ¿quien era esta persona?, ¿era de fiar?, ¿como seria el amigo? De repente era un acosador. No lo sabíamos, sin embargo el mozo nos dio la dirección y el nombre de su amigo y le agradecimos.

A las 7 de la noche casi 8 estábamos agotadas y nos fuimos caminando a la zona baja de Mónaco donde estaba el muelle con los yates y los barcos de lujo. El muelle estaba rodeado por una pasarela de madera con faroles muy hermosos y bancas para descansar, había comercios y algunas personas paseando y comiendo en los restaurantes de los alrededores. Nosotras nos sentamos allí a contemplar el panorama, pero ya queríamos dormir y descansar. A medida que pasaban las horas aumentaba la gente en las calles, mucha vida nocturna, casinos, fiestas, mas autos deportivos, gente muy fashion en la calle, pero también aumentaba el cansancio y queríamos descansar. Entonces decidimos ir a un lugar cerrado, o sea a la estación de tren, y entonces la japonesa dijo: ¿y si vamos al edificio del amigo del mozo, y dormimos en la sala de espera? No estaba mala la idea pero nos arriesgábamos, igual decidimos ir a ver el lugar. Eran las 10 de la noche, después de caminar con nuestro mapa y preguntar a la gente llegamos al edificio de lujo, donde un señor mayor de unos 60 años con barba estaba en recepción del edificio. Nos acercamos, lo saludamos y le dimos la nota que había escrito el mozo y este al leerla se sonrío y nos dijo: ¡Il est mon amie! ..oh la la!, dijimos, y nos sentimos mas tranquilas porque el señor nos acogió como si fuera un Padre y era nada menos que libanés!, que hacia un libanés como administrador de un edificio de departamentos de lujo en Mónaco, no lo se, pero ahí estábamos.
Nos pidió que esperáramos en una salita muy acogedora y que para nosotras era suficiente, ya estábamos bajo techo! Nos sentíamos unas reinas, era un edificio de departamentos de lujo que parecía vacío y este señor era el recepcionista. Como a las 11pm nos hizo pasar a una habitación muy pequeña con una cama muy grande y un baño que parecía medio baño, muy estrecho y pequeño, parecía como un depósito. Creo que caímos a la cama con ropa y todo y nos quedamos dormidas. Le pedimos a Mohamed que nos despertara a las 6am sino perderíamos el tren! Nos sentimos aliviadas y contentas, pero por algunos momentos nos habíamos sentido perdidas y resignadas a dormir en la estación!!!

Pienso que a veces, cuando uno menos piensa las cosas suelen salir mejor de los que esperábamos, pero también es cierto, que si no hubiéramos arriesgado estaríamos echadas en la estación de tren. A veces los riesgos son buenos y como todo en la vida, todo se convierte en un albur. Se que todos tenemos un ángel de la guarda pero después de estas anécdotas, le tengo mucho mas respeto y cariño. Por otro lado, esta experiencia de Mónaco, indica que cuando somos viajeros de mochila pues nada esta perfectamente planificado y hay que adaptarse no mas, no queda otra, asimismo nos permite ser mas pacientes y sobretodo ganar otras cosas que no pensábamos como por ejemplo conocer la historia de este precioso lugar, y estar inmerso por un instante en un ambiente de lujo, dinero y glamour, y aprender que todas las ciudades y la vida misma de la gente está llenas de contrastes y de historias de vida como la de estos italianos, libaneses y marroquíes que por circunstancias de la vida trabajan y viven en Mónaco. Hasta otro viaje!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ryrqtzvwryuonipspfez, justin bieber baby lyrics, bextwqa.

José dijo...

Lo bueno de hacer viajes es que a veces te podés sacar las ganas de hacer ciertas cosas que en tu país no podés.
Por ejemplo, en mi país los autos europeos salen demasiado, hace dos años fui por laburo a Alemania, me saqué las ganas de alquilarme un BMW de ultralujo (que tan caro no era)... la otra vez fui a Suecia y me subí a un a4 cabrio que en mi país ni debe existir.
No hay como viajar!!!!

Errante dijo...

Gracias Jose por tu comentario...asi es, a veces uno hace cosas que en su pais ni se imagina que puede hacerlo...yo nunca pense dormir en Monaco! y concuerdo contigo en que no hay como viajar..y veo que eres un viajero empedernido!!! suerte
Gracias por leerme..