martes, 31 de enero de 2012

Vivencias en las playas del sur Chile


Tomar la decisión de viajar para recibir el año nuevo en otras tierras es una verdadera experiencia, no solo por la organización previa al viaje sino por la avalancha de gente que decide como uno aventurarse a viajar largas o cortas distancias a algún lugar para recibir el año nuevo. Son miles y miles de personas que se mueven de un lugar a otro en busca de experiencias inolvidables, en busca de diversión, relax y sobretodo conocer un sitio nuevo, porque esa es la consigna, intentar siempre visitar un sitio donde nunca se ha estado y así atraer la buena vibra!

Teniendo en cuenta esto y no pensando mucho en la avalancha de gente y las fechas de fin de año que andan todas congestionadas, decidí viajar cerca de mi país a Chile, especialmente a Iquique, ciudad de la que había escuchado hablar mucho. Además siempre tuve la curiosidad de ir mas allá de Arica, ciudad fronteriza con el Perú, así que empezaron mis averiguaciones.

Yo nunca reservo un alojamiento antes de mi viaje, pues siempre prefiero llegar al sitio y buscarlo allí, es más, con las justas veo algunos lugares turísticos en internet para estar al tanto de las distancias y los tiempos. De hecho deben estar pensando que soy una anti-planificación pero ya me ha pasado que lo que hay en internet a veces no es real y cuando llego al sitio es todo distinto, y la mayor parte del tiempo sale todo mejor sin planificar!

Así que viajamos unos amigos y yo rumbo al sur, cruzamos la frontera sin novedad y llegamos a Arica. Inmediatamente llegamos a la terminal de buses Rodoviario, terminal desde donde salen buses a todas las ciudades de Chile. Aquí nos embarcamos en la empresa “Ramos Cholele” difícil de olvidar este nombre, y muy bueno el servicio. Después de casi 4 horas y media de observar mucho desierto, precipicios, pequeñas poblaciones, el bus se detuve en uno de los cuarteles del ejército que hay en esta zona, y recogió a todo un batallón del ejército, por lo tanto íbamos bien resguardadas…! No nos podíamos quejar.

El bus tomo un desvío y se desplazaba lentamente por una carretera llena de dunas, de pronto ingresamos a una especie de barrio industrial, casas muy antiguas de madera, de fierro, como una zona industrial, pero parecía que la ciudad había crecido hasta allí. Mucha gente bajaba en el camino y nosotros no sabíamos cual era el paradero final. Sabíamos que ya habíamos entrado a la ciudad, pero nada más. De pronto una entrada impresionante, tomamos una carretera construida casi paralela a una gran duna, es mas casi construida encima de la duna y en eso comenzó a verse desde lo alto de esta duna la ciudad inmensa, la playa, el puerto, miles de edificios altos cercanos a la playa, muy parecido a Acapulco aunque más marcada la Bahía, fue impresionante la entrada. La gran duna atraviesa casi toda la ciudad y es como que respalda la ciudad. Luego comenzamos a bajar por esta misma carretera serpenteante hasta el centro de la ciudad, lo cual nos tomó 20 minutos aproximadamente.

Eran como las 8 de la noche hora de Chile, y teníamos hambre, mucha hambre así que nuestro objetivo era buscar un restaurante. Siempre me acerco al centro de la ciudad y allí pido información, así que hicimos eso. “Si, hay un sitio de buffet que debe estar abierto, Las Brasas, en la calle Diego Portales”, nos dijo un taxista, así que nos fuimos. Luego el siguiente paso era buscar un alojamiento, luego de caminar unas cuadras y entrar a varios hoteles, apart hoteles y otros, encontramos un alojamiento de construcción típica del lugar, de madera, con salas de estar, techo alto y balcones, muy acogedor, se llamaba Hostal Casa Norte en la calle Obispo Labbé, nombre difícil de olvidar también y no sé porque me remite a Héctor Lavoe. Al día siguiente nos propusimos conocer la ciudad y empezaron las anécdotas. Nos fuimos al puerto donde vimos una nave de la marina donde aterrizan helicópteros, vimos muchos lobos marinos acercarse a la orilla, muy cerca de la gente!, caminamos por toda la Bahía, mar azul y arena blanca, por partes muy brava y por otras muy tranquila, hermoso paisaje, fuimos a la Zofri (Zona Franca de Iquique), un complejo comercial inmenso donde venden productos de todo tipo. Iquique tiene uno de los derechos comerciales de puerto libre más grande o Zona Franca de América del Sur, así que se pueden encontrar miles de productos a bajo costo. Hay alrededor de dos kilómetros. de depósitos, sucursales bancarias, y restaurantes, en este sitio. Imposible recorrerlo en unas horas, es una locura!!! Pero lo que más impactante es que en una hendidura de la gran duna que atraviesa la ciudad se pueden observar miles y miles de autos en venta, de todo precio, año, etc.

Era difícil encontrar restaurantes cercanos y comida internacional o variada en Iquique, así que cada día hacíamos una investigación. Muchos de ellos estaban solo en el centro, o eran solo de comida rápida, no había muchos restaurantes cerca de la playa. Así que los restaurantes chinos eran la salvación pues están abiertos a toda hora y todos los días. En todos los países del mundo, siempre están abiertos así llueve, truene, o haya feriados.

Día 30 de diciembre y muy cerca al año nuevo, nos informaron que habría una fiesta en la playa para recibir el año nuevo, así que nos preparamos. Una de mis amigas debía ir a la peluquería, era su objetivo, como se imaginan buscar una peluquería confiable, en un sitio que no conocíamos era como la búsqueda del tesoro, jajaja. Después de recorrer la ciudad, encontramos una peluquería, donde había como siete personas trabajando arduamente… así que coordinamos una hora. La experiencia en una peluquería chilena fue una locura! Por puro compañerismo estuve cerca de 4 horas en una peluquería! , pero fue una caja de sorpresas este sitio. La señorita regia – como le puse yo-, y al parecer la dueña del sitio, era ecuatoriana y llevaba en Iquique trabajando más de 10 años, mas allá había otra ecuatoriana, y entre los clientes una peruana que ya llevaba también varios años viviendo en Iquique y era dueña de un restaurante peruano muy bueno llamado Anakena. Con esto y solucionamos nuestras ganas de comer como en casa!, me dije. La peluquería era internacional chilenas, peruanas y ecuatorianas en un solo lugar, toda América Latina en una peluquería, conversando, escuchando música, secadoras de pelo, chorros de agua, etc…y se sentía buena vibra. Por lo que hemos visto les va muy bien. Por supuesto que la señorita “regia” nos aconsejo tomar los mejores jugos de la ciudad, que también andábamos buscando y como se llamaba el sitio “Ecuatoriana” una juguería de una de sus compatriotas (Calle 21 de mayo, por el mercado) y así la globalización y las relaciones internacionales continuaron toda la noche!! Eran las 11.30 y aun no terminaban la transformación de mi amiga y yo ya estaba desintegrada!, Al final nos despedimos con abrazo con las empleadas del lugar como si nos conociéramos de años.

Y llego el 31 de diciembre, y aunque uno en estos viajes y especialmente en esta fecha debe tener en cuenta que cada país tiene sus formas de celebrar y cada país vive distinto sus feriados, en este caso nos dijeron que todo, absolutamente todo cerraba a las 6 de la tarde, y que el primero de enero todo, absolutamente todo estaría cerrado!!! Noooooooooooo!!!!

Entonces corrimos a los supermercados más cercanos. La visita a los centros comerciales, al zoológico, al puerto, a la plaza principal, ya estaba registrado en nuestra cámara así que solo nos quedaba organizarnos para la noche de año nuevo. Como nosotras, turistas de Argentina y Brasil andaban caminando por todos lados.

Fuimos corriendo al supermercado más cercano y encontramos el sitio repleto, todos comprando todo, especialmente, Champagne!!! Y los altavoces decían: “Compre su champagne Valdivieso frutado a 3000 pesos”!! ¡“Compre sus uvas….!! Era una locura todo!!! Se sentía un ambiente de fiesta real!!. Compramos todo lo que pudimos.

Llego la noche y salimos directo a Playa Brava. La fiesta era organizada por la Municipalidad de Iquique y la propia alcaldesa en persona supervisaba el estrado, la música y todo. Caminamos por toda la gran Bahía, hermosa, iluminada, una gestión de la playa increíble, del cual deberíamos aprender, ah y un manejo de prevención de maremotos increíble, refugios subterráneos y alarmas en cada cuadra de la ciudad, pues las viviendas están muy, pero muy cerca al mar. Caminábamos con nuestras flores en el pecho, antifaces, gorros todos bien disfrazados. Eran las 9 de la noche y observamos que vendedores ambulantes iban instalándose en las veredas que recorría toda la Bahía, vendían gorros, copas, champagne, espuma, cohetes, todo de todo!! Observamos que en la Avenida principal que recorre toda la Bahía aumentaban cada vez más los autos, y la gente comenzaba a salir de sus casas y de los edificios que están solo cruzando la pista. Bajaban grupos y grupos de gente, familias enteras, la abuelita con los niños, bebes en coches, hombres, mujeres, jóvenes, no tan jóvenes, parejas de chicas, grupos de chicas, grupos de chicos, parejas de chicos, familias de 3, 4, 5, y 6 personas, mujeres solas con sus hijos, es decir,,.todos y cada uno con sus botellas de champagne, bocaditos, mesas y sillas!!! Al poco rato se instalaban en algún lado de la playa, en las veredas, o en la berma central de la avenida….todo estaba permitido, todo…porque los carabineros recorrían de un lado a otro las playas Cavancha y Playa Brava, donde sería el espectáculo, y solo observaban y cuidaban a la gente, con una seriedad que a veces me daba pena, porque mientras la gente estaba eufórica y alocada, ellos mantenían la calma y la seriedad!!!

A las 10 de la noche Playa Brava estaba casi llena de gente y la música ya había empezado, mucha cumbia, demasiada cumbia, música brasilera…y nosotros envueltos entre toda la gente, nos fundimos con la gente, nos caía de todo, papel picado, espuma, una familia se nos pego mucho y después de un rato ya éramos parte de ellos,,!!! Eran las 11.45 y el animador gritaba: “faltan unos minutos y alboroto”, y todos gritaban!!! Saludos a los turistas de Chile, Argentina, Perú….etc y nosotros gritamos…todo este color, bullicio, locura, cantos, gritos tenía un fondo maravilloso: el mar. Siempre trato de abstraerme un poco porque como no me gusta mucho el bullicio y los tumultos trato de sobrevolar todo, pero era una locura intentar hacer eso en medio de la euforia colectiva, así que me deje llevar. La gente estaba desatada y pensaba que lo mismo estaba ocurriendo en miles de sitios con miles de personas, de pronto el animador dijo “y falta un minuto”, y entonces comenzó un colorido en el cielo y nos abrazamos, los corchos volaban y la gente tomaba, saltaba, gritaba, cantaba, comía sus uvas…y todos éramos uno… y llego el año 2012!!!!

Las sensaciones y experiencias que uno puede vivir en un viaje de año nuevo son muy especiales, no solo porque el ambiente previo se torna especial, sino porque uno puede comprobar una vez más, que como latinos somos iguales. La vivencia en la peluquería, la vivencia en el supermercado y la vivencia en la fiesta de playa me hicieron sentir que era parte de esa tierra por unos instantes, y además pensando más allá, los convenios bilaterales y las fronteras no existen porque el poblador latinoamericano está al margen de esto porque hay una conexión natural. Vivir estas experiencias enriquece el espíritu y el alma y nos hace pensar y recordar, que mas allá de nuestro entorno habitual también hay personas como tú y como yo, que también tienen sus vivencias y las comparten con otros. Hasta otro viaje!