UNA EXPERIENCIA EN LAS MAGICAS LAGUNAS PIURANAS
Siempre me causa asombro y me parece una maravilla, que en muchas ciudades del Perú uno pueda encontrar todos los climas que se pueda imaginar y pueda hacer diversas actividades gracias a esta ventaja que tenemos como país. En una oportunidad enrumbe a la ciudad de Piura, una Región ubicada al norte del Perú donde uno puede disfrutar de unas playas tibias y hermosas y soportara una temperatura de mas 30 grados y de allí estar en 6 horas a 3000 o 4000 metros de altura sobre el nivel mar y en el mismo territorio piurano, disfrutando a pocas horas de las montañas, del invierno y del clima seco de los andes. Siempre visito las playas de esta Región pero hace años que quería visitar las famosas Lagunas de las Huaringas, que son muy conocidas por su poder energético, y además porque están al pie de la cordillera!!!.
Así que con algunos compañeros de trabajo esperamos un feriado largo y viajamos a Piura. Primero planeamos estar unos días en la playa y después subir a la montaña. Para llegar a Huancabamba, pueblo donde se encuentran las lagunas hay que viajar en bus 6 horas aproximadamente por un camino afirmado y estrecho. En el trayecto observo pequeños pueblos y en cada parada suben vendedores que ofrecen unos limones gigantes y jugosos mangos, productos que produce la zona. Después de recorrer un largo trecho, el paisaje comienza a variar. De los árboles de algarrobo -árbol del desierto, que da un fruto llamado algarrobo, del cual se prepara el licor peruano llamado algarrobina- y el calor sofocante de la ciudad de Piura, pasamos al frío intenso, al verdor de los cerros y a un cielo azul intenso. En el trayecto pensaba en lo especial que es sentir y observar el cambio que ocurre en tan poco tiempo, de un clima y paisaje costeño, a un clima y un paisaje de sierra, todo en un sola Región.
Huancabamba es una localidad tipo urbano rural llamada antiguamente Huancapampa. Está ubicada a 1929 metros de altura y se extiende a orillas del río que lleva el mismo nombre, en un valle interandino conformado por los andes. Entre sus cimas se encuentran las Lagunas de las Huaringas. Cuando llegamos sus habitantes nos cuentan que a este pueblo lo llaman “La Ciudad que Camina”, debido a que Huancabamba se ubica entre dos cerros: Guitiligún y Pariacaca, asentados en una falla geológica que hace que la ciudad “avance” y parezca un poco desnivelada.
CATORCE LAGUNAS
Este primer día descansamos un poco y caminamos por la ciudad y nos organizamos para visitar las lagunas. Son un conjunto de 14 lagunas de diversos tamaños y formas consideradas potentes desde el punto de vista mágico-terapéutico. Las más famosas son la del Shimbe y La Laguna del Inca. Nos informaron en la ciudad que para llegar a la primera El Shimbe, que es la más cercana, es preferible partir de Huancabamba en la madrugada.
Entonces, muy temprano enrumbamos a las lagunas, hicimos una promesa de bañarnos en estas agua y ver quien era el mas valiente del grupo. Nos subimos a un auto y después de dos horas de viaje, llegamos a un pequeño pueblo llamado Salalá, desde donde se inicia la caminata hasta las lagunas. Antes de partir los pobladores de esta zona, nos ofrecen un desayuno típico, en sus casitas de adobe, piedra y barro y con amabilidad y cariño nos ofrecen : café tostado de la zona, mmm riquísimo, preparado por ellos mismos, pan elaborado en sus pequeños hornos de barro, huevos de chacra, choclo, y otros productos mas. Cada uno de nosotros con su frazada a la espalda para abrigarnos del frío. Después de descansar un poco iniciamos la caminata, para ello nos acompaña un guía local que tiene un estado físico increíble y envidiable.
Si usted goza de buen estado físico y realiza una caminata rápida, se demorará cerca de una hora y media hasta la laguna, pero si prefiere descansar de rato en rato, lo hará en casi tres horas. Nos acompañan también dos burritos de color marrón, infaltables en la zona, por si alguien se cansa y quiere avanzar montando.
Por ser zona montañosa, el camino es impresionante y muy accidentado, observo flora diversa, colinas muy empinadas llena de piedras y barro, colinas cubiertas por hermosas alfombras de flores. Hay que saltar algunos riachuelos, bajar y subir cerros, todo a casi 4000 m.s.n.m.!!
Después de dos horas de caminata se divisa desde lo alto de una colina la Laguna de Shimbe y se la ve imponente. “Parece profunda”, dicen todos. Aquí encontramos a varios grupos de turistas que, acompañados por un chamán - maestro espiritual que tiene capacidad de curar- participaban a orillas de la laguna de una ceremonia de curanderismo, típica tradición de la zona. Nos comenta el guía que muchas personas llegan aquí decididas a cambiar su mala suerte.
Mis compañeros y yo nos quedamos contemplando por un momento la belleza del paisaje y a pesar del frío intenso, comenzamos a discutir si nos bañaríamos en las lagunas o no, muchos no se atrevían, pero algunos decidimos bañarnos de una vez por todas, sin pensarlo. Los pobladores nos dicen que el agua al pie de la montaña es sanadora y revitalizadora, y nos animan más. Así que nos cambiamos en el pequeño bosque, al aire libre y solo un grupo de valientes caminamos hasta la orilla.
El color de las aguas son de un marrón claro. Nuestros guías de ruta y la gente nos animan, y nosotros tratando de abrigarnos con nuestros brazos!!!, nos aconsejan lanzarnos rápidamente y sin pensar nada!!! Y así fue, nos zambullimos como si fuera una piscina y muchas son las reacciones, algunos exclaman: ¡No siento mis piernas! dice una,, “¡Que hielo”!, grita otro, mi cabeza esta congelada!!, y otros simplemente sonríen y gritan fuerte: Ayayayayyyy!!!. El frío era intenso, por eso muchos se abstienen de ingresar al agua. A continuación nos hacen otra recomendación: “deben zambullirse rápidamente ocho veces para poder sentir sus efectos”. Sin pensarlo dos veces tratamos de cumplir con la sugerencia y cuando íbamos en la tercera zambullida ya no sentíamos frío!!, estábamos acostumbrándonos, fue increíble!!!, ya no queríamos salir del agua!!.
Inmediatamente después del baño nos abrigamos e iniciamos la caminata de regreso. La sensación que experimentamos fue indescriptible, era como si hubiéramos vuelto a nacer!!!, muy renovados, con el cuerpo liviano, fresco, con fuerza, alegría, y con el espíritu nuevo, agradecimos a la naturaleza por esto. Entonces la invitación esta hecha. Se atreverían?, no pueden perdérsela!!!. Hasta otro viaje.
Siempre me causa asombro y me parece una maravilla, que en muchas ciudades del Perú uno pueda encontrar todos los climas que se pueda imaginar y pueda hacer diversas actividades gracias a esta ventaja que tenemos como país. En una oportunidad enrumbe a la ciudad de Piura, una Región ubicada al norte del Perú donde uno puede disfrutar de unas playas tibias y hermosas y soportara una temperatura de mas 30 grados y de allí estar en 6 horas a 3000 o 4000 metros de altura sobre el nivel mar y en el mismo territorio piurano, disfrutando a pocas horas de las montañas, del invierno y del clima seco de los andes. Siempre visito las playas de esta Región pero hace años que quería visitar las famosas Lagunas de las Huaringas, que son muy conocidas por su poder energético, y además porque están al pie de la cordillera!!!.
Así que con algunos compañeros de trabajo esperamos un feriado largo y viajamos a Piura. Primero planeamos estar unos días en la playa y después subir a la montaña. Para llegar a Huancabamba, pueblo donde se encuentran las lagunas hay que viajar en bus 6 horas aproximadamente por un camino afirmado y estrecho. En el trayecto observo pequeños pueblos y en cada parada suben vendedores que ofrecen unos limones gigantes y jugosos mangos, productos que produce la zona. Después de recorrer un largo trecho, el paisaje comienza a variar. De los árboles de algarrobo -árbol del desierto, que da un fruto llamado algarrobo, del cual se prepara el licor peruano llamado algarrobina- y el calor sofocante de la ciudad de Piura, pasamos al frío intenso, al verdor de los cerros y a un cielo azul intenso. En el trayecto pensaba en lo especial que es sentir y observar el cambio que ocurre en tan poco tiempo, de un clima y paisaje costeño, a un clima y un paisaje de sierra, todo en un sola Región.
Huancabamba es una localidad tipo urbano rural llamada antiguamente Huancapampa. Está ubicada a 1929 metros de altura y se extiende a orillas del río que lleva el mismo nombre, en un valle interandino conformado por los andes. Entre sus cimas se encuentran las Lagunas de las Huaringas. Cuando llegamos sus habitantes nos cuentan que a este pueblo lo llaman “La Ciudad que Camina”, debido a que Huancabamba se ubica entre dos cerros: Guitiligún y Pariacaca, asentados en una falla geológica que hace que la ciudad “avance” y parezca un poco desnivelada.
CATORCE LAGUNAS
Este primer día descansamos un poco y caminamos por la ciudad y nos organizamos para visitar las lagunas. Son un conjunto de 14 lagunas de diversos tamaños y formas consideradas potentes desde el punto de vista mágico-terapéutico. Las más famosas son la del Shimbe y La Laguna del Inca. Nos informaron en la ciudad que para llegar a la primera El Shimbe, que es la más cercana, es preferible partir de Huancabamba en la madrugada.
Entonces, muy temprano enrumbamos a las lagunas, hicimos una promesa de bañarnos en estas agua y ver quien era el mas valiente del grupo. Nos subimos a un auto y después de dos horas de viaje, llegamos a un pequeño pueblo llamado Salalá, desde donde se inicia la caminata hasta las lagunas. Antes de partir los pobladores de esta zona, nos ofrecen un desayuno típico, en sus casitas de adobe, piedra y barro y con amabilidad y cariño nos ofrecen : café tostado de la zona, mmm riquísimo, preparado por ellos mismos, pan elaborado en sus pequeños hornos de barro, huevos de chacra, choclo, y otros productos mas. Cada uno de nosotros con su frazada a la espalda para abrigarnos del frío. Después de descansar un poco iniciamos la caminata, para ello nos acompaña un guía local que tiene un estado físico increíble y envidiable.
Si usted goza de buen estado físico y realiza una caminata rápida, se demorará cerca de una hora y media hasta la laguna, pero si prefiere descansar de rato en rato, lo hará en casi tres horas. Nos acompañan también dos burritos de color marrón, infaltables en la zona, por si alguien se cansa y quiere avanzar montando.
Por ser zona montañosa, el camino es impresionante y muy accidentado, observo flora diversa, colinas muy empinadas llena de piedras y barro, colinas cubiertas por hermosas alfombras de flores. Hay que saltar algunos riachuelos, bajar y subir cerros, todo a casi 4000 m.s.n.m.!!
Después de dos horas de caminata se divisa desde lo alto de una colina la Laguna de Shimbe y se la ve imponente. “Parece profunda”, dicen todos. Aquí encontramos a varios grupos de turistas que, acompañados por un chamán - maestro espiritual que tiene capacidad de curar- participaban a orillas de la laguna de una ceremonia de curanderismo, típica tradición de la zona. Nos comenta el guía que muchas personas llegan aquí decididas a cambiar su mala suerte.
Mis compañeros y yo nos quedamos contemplando por un momento la belleza del paisaje y a pesar del frío intenso, comenzamos a discutir si nos bañaríamos en las lagunas o no, muchos no se atrevían, pero algunos decidimos bañarnos de una vez por todas, sin pensarlo. Los pobladores nos dicen que el agua al pie de la montaña es sanadora y revitalizadora, y nos animan más. Así que nos cambiamos en el pequeño bosque, al aire libre y solo un grupo de valientes caminamos hasta la orilla.
El color de las aguas son de un marrón claro. Nuestros guías de ruta y la gente nos animan, y nosotros tratando de abrigarnos con nuestros brazos!!!, nos aconsejan lanzarnos rápidamente y sin pensar nada!!! Y así fue, nos zambullimos como si fuera una piscina y muchas son las reacciones, algunos exclaman: ¡No siento mis piernas! dice una,, “¡Que hielo”!, grita otro, mi cabeza esta congelada!!, y otros simplemente sonríen y gritan fuerte: Ayayayayyyy!!!. El frío era intenso, por eso muchos se abstienen de ingresar al agua. A continuación nos hacen otra recomendación: “deben zambullirse rápidamente ocho veces para poder sentir sus efectos”. Sin pensarlo dos veces tratamos de cumplir con la sugerencia y cuando íbamos en la tercera zambullida ya no sentíamos frío!!, estábamos acostumbrándonos, fue increíble!!!, ya no queríamos salir del agua!!.
Inmediatamente después del baño nos abrigamos e iniciamos la caminata de regreso. La sensación que experimentamos fue indescriptible, era como si hubiéramos vuelto a nacer!!!, muy renovados, con el cuerpo liviano, fresco, con fuerza, alegría, y con el espíritu nuevo, agradecimos a la naturaleza por esto. Entonces la invitación esta hecha. Se atreverían?, no pueden perdérsela!!!. Hasta otro viaje.