lunes, 1 de febrero de 2010



En Estambul: A cada paso un encuentro grato

En mi vida de viajera errante he comprobado que uno no se escapa de conocer errantes como uno o simplemente personas que se cruzan en nuestras vidas y nos dejan gratos recuerdos, o nos ayudan a comprender mejor las cosas de la vida. Además uno comprueba que no es la única que se mueve y va aprendiendo y experimentando por este mundo.

También hay personas y personas, como aquellas a las que uno quiere sacarse de encima, o aquellas con las que una se quedaría toda la vida conversando y viajando. Una vez en El Cairo, conocí a Aladino un supuesto guía egipcio, jovencito, delgadito, muy entrador, conversador, inteligente y sobretodo vendedor hasta más no poder. Aladino me persiguió por semanas para venderme un tour, pero primero se hizo mi amigo, me presento a otro amigo suyo y a otro y al final su interés de conocerme era solo para venderme algo, claro, yo ya había aprendido más que ellos de cultura egipcia pero no había forma de sacármelos de encima! Las personas que uno va conociendo mientras recorre el mundo con su mochila es una experiencia realmente increíble, gratificante y muchas veces muy agradable, sobretodo porque todos tenemos un objetivo común: conocer el mundo y verlo con nuestros propios ojos.

En estos viajes, he tenido miles de encuentros con personas de las que muchas veces no he querido despedirme, amigos de viaje corto, o sea aquellos con los que viajas solo un tramo porque coinciden en los recorridos, o aquellos con los que sin querer se han vivido cosas tan fuertes como entrar a la pirámide de Keops y abrazarse, saltar y reír de la emoción y el impacto, pues en ese momento no tienes a tu familia o amigos mas cercanos para abrazarlos y saltar de alegría con ellos frente a este sitio tan maravilloso, y de verdad que uno quisiera tener a toda su familia viendo lo que uno esta viendo, allí, viendo contigo a Keops y a la Esfinge.

También están aquellos compañeros de viaje que te enseñan sin querer cosas muy lindas, muy útiles, como aquel turista canadiense que llevaba consigo su cocina por donde iba y me enseño los tips de la cocina viajera, muy ordenado y disciplinado, o aquella turista americana que todos los días me hacia practicar yoga en la habitación del hotel que compartíamos.
Uno se da cuenta que al final no se encuentra viajando solo sino en compañía de muchas personas de todo tipo, color, nacionalidad, carácter y cultura, que acompaña tus pasos y que aparecen sin más para compartir, para hablar, para disfrutar, para viajar, para intercambiar, y con un gran espíritu nómade. También hay personas que aparecen en tu camino para ayudarte, pero a veces uno ni cuenta se da que te van enseñando algo, desde como viajar hasta valores humanos, historia, etc. Luego también se da la situación inversa, una llega a la vida de muchas personas sin querer y sin querer les estas enseñado algo o simplemente les has alegrado sus días, su vida, como aquellos 15 días que pase viviendo con Ilham y su familia, una chica marroquí de pensamientos occidentales y que jamás olvidare! Una solo camina, viaja, llega a pueblos, ciudades, cruza calles, avenidas, montañas, lagos y bosques y se encuentra con gente, gente viajando, gente local viviendo su día a día y viviendo el ritmo natural de los países, con caos, oficinas, bancos, transporte público, restaurantes, niños al colegio…
Una de mis anécdotas de viaje más fascinantes y maravillosas la viví en Turquía y especialmente en Estambul, mi ciudad de referencia para viajar por todo el país. Sentía que mis 60 días de estada en Turquía no me alcanzarían para conocer toda esta enorme e histórica tierra, pero pude recorrer casi todo el país. Estambul es tan imponente, que uno se queda impactado a cada paso, bueno, es que es un país que posee una cultura muy rica y vasta, jamás se termina de aprender y conocer de su historia. En Estambul conocí muchas personas, una tras otra, cada día, de distintas nacionalidades y con todas pude compartir viaje. No voy a decir que no me ha pasado en otros países pero quiero empezar con esta ciudad.
Mi primer encuentro fue una sorpresa total, increíble e inesperado y me cayó de perilla como decimos! Son esos encuentros que solo pasan en contadas ocasiones. Llegue a Estambul de madrugada, 4.30 am. Mientras hacia los tramites de migraciones, maletas y todo salí del aeropuerto a las 5am aproximadamente, tuve que tomar un taxi, porque los buses aun empezaban a funcionar a las 7am, así que pedí al taxista que me llevara al Youth Hostell del centro de la ciudad, así que partimos, una hora de viaje aproximadamente, y a toda velocidad. MMMMMM el Mar Marmara (que separa al Mar Negro del Mar Egeo- Asia de Europa) y el Bósforo me acompañaron en el camino, parecía un cuadro, hermoso y al amanecer se veía mucho mejor. Llegue al albergue y un chico medio somnoliento me abrió la puerta. Me ofreció una habitación con cuatro camarotes para chicas, con calefacción, ambiente alfombrado y dos camas desocupadas a 7 dólares con desayuno, ni lo pensé. Cuando entre al cuarto vi montículos de mochilas y bultos en cada cama durmiendo plácidamente, claro eran las 6 am, vi y ni vi a nadie porque todo el mundo estaba envuelto como fardos!, estábamos a 4 grados, el frío, la nieve, etc era para estar forrado de los pies a la cabeza. Había una cama camarote vacía justo en el primer piso, así que deje mi mochila por allí, me quite la casaca, la chompa, los zapatos y me acosté vestida, estaba AGOTADA!!!. Perdí la noción del tiempo.
Después de un tiempo escuche murmullos de gente, no quería destaparme ni ver quiénes eran solo quería seguir durmiendo pero era imposible. De reojo vi mi reloj y eran las 9.30am había dormido 3 horitas!!! Nada más!!! Me acurruque un poco mas y con un ojo cerrado y el otro abierto, escuchaba muchas chicas conversando en varios idiomas: inglés, francés, japonés, alemán, mmm pero nadie hablaba castellano, como siempre! Entre sueños escuchaba algunas conversaciones, muchas hablaban de sus viajes y de sus próximos viajes, así que no tuve otra que despertarme y buscar el baño. Cuando me pare, algunas me saludaban, y como siempre yo era la única “morena”: ¡Hi!, me decían, y yo contestaba lo mismo. En ese grupo había una chica de tez blanca, alta, cabello rubio, muy bonita, no sé porque me parecía americana, y de frente me dijo: “¿Where are you from?” pero su inglés no me pareció nativo y me lo pregunto cómo dudando. Y continuo: “ ¿You are not local people, no?”, entonces le dije: “I am from Perú” y con mucha alegría me dijo: ¡!! “Hola como estas, soy mexicana”!! En ese instante nos abrazamos fuerte, fuerte, como si nos conociéramos de años, casi bailamos y saltamos en la gran habitación. “Qué maravilla, dije, al fin después de tantos meses puedo hablar castellano” y me contesto: “yo también” me dijo. Nos alegramos tanto, que el resto de chicas se quedaron sorprendidas de la calidez! Éramos las únicas latinas!!!! Maravilloso!!!!. Se llamaba Cati, estudiaba en USA y viajo a Egipto a estudiar un año de historia islámica y de paso viajaba con su mochila por todos lados, estuvo tres meses en Egipto, 3 meses en Siria y dos meses en Túnez y como 15 días en Turquía. Estudio árabe y lo hablaba casi perfectamente. Hablamos de historia, de Perú, de México, nos hicimos grandes amigas y viajamos 15 días por Turquía, viendo los palacios, viajando en barco, tren, tranvía, etc.
Este encuentro fue buenísimo, y hasta ahora mantengo comunicación con ella. Mi segundo encuentro fue con un chico koreano, que estaba alojado en el albergue, tenía 25 años y viajaba por el mundo con su mochila, había estado en Marruecos, Egipto, Túnez, Israel, y estudiaba arquitectura en la universidad de Seúl. Un dia en el desayuno se sentó en mi mesa y empezamos a conversar, por supuesto que a Perú no lo ubicaba aun en el mapa. Me propuso cambiarnos de hotel porque este era muy caro y había encontrado uno bueno y barato, así que acepte.
A la mañana siguiente Ching me ayudo con mi mochila y nos cambiamos a otro hotel donde pagaríamos de 4 dólares, 3 menos que el albergue anterior, excelente!. Luego nos fuimos a una tienda a comprar víveres para nuestro desayuno: leche, jugo y sándwich. Aprendí a comprar mi comida en las tiendas y supermercados, y preparar mis desayunos y almuerzos. Con Ching viajamos como tres días seguidos, era un chico muy servicial, tranquilo, de pocas palabras, muy observador, analizaba todo, nada alocado para su edad, muy amable. Recuerdo mucho cuando visitamos la Mezquita nueva en Estambul, antes de ingresar a mi me dieron un velo y nos quitamos los zapatos, pero nos quedamos un poco preocupados de perderlos porque habían tantos!!! Entramos y Ching a mi lado, nos pusimos en un espacio pequeño a observar como rezaban y de pronto se aparecieron tres turcos y lo sacaron a Ching del brazo fuera de la Mezquita de forma intempestiva. ¡Que paso!, me dije. Lo que había pasado era que estaba conmigo en la zona de rezo para mujeres!!!! Pobre Ching lo sacaron más rápido que volando.
De regreso al hotel, estábamos agotados, así que me disponía a ver un poco de televisión y a descansar. En este nuevo hotel mi cuarto solo tenía dos camarotes. Ching estaba en otra habitación. Cuando llegue a mi cuarto vi dos mochilas más, aparte de la mía. Bueno, me bañe, me cambie y me fui al cuarto. Cuando llegue había dos chicos conversando, mmm ¡estaba compartiendo habitación con dos chicos!
No era la primera vez que me ponían con dos chicos y dos chicas, es común en estos albergues, no me molestaba pero nunca avisan nada. En fin, los chicos estaban en la parte de arriba y yo abajo. Mis compañeros de cuarto eran un italiano, Lucio de 22 años y un canadiense de 25, Marc. Este último no era muy conversador, más bien parco y estaba en los suyo, no se metía con nadie. En cambio Lucio era una “carretilla” supero movido y conversador, viajamos dos días juntos. Lucio viajaba por el mundo con su mochila, y trataba de trabajar en los países donde llegara para seguir viajando. Me conto que se venía de Sudáfrica y que había conseguido un trabajo en Estambul de mesero en un restaurante. Su madre practica yoga y él también, así que me enseñaba cada noche alguna posición de yoga y la respiración. Era hiperactivo, alegre, un poco loco, pero tenía claro lo que quería y era Siciliano. Al día siguiente ya no me decía Cara Claudia, me decía hermana! Me dijo: ”siento mucha energía que sale de ti y yo creo que eres escorpio”!!! o sea adivinó mi signo, sin tramites!!!
Después de viajar por las ciudades del interior de Turquía, ya debía preparar mi próximo viaje, así que me acerque a una agencia de viajes para preguntar sobre los viajes a Túnez, Marruecos, y Siria, mientras hacía mis averiguaciones, conocí a Ramadan, un chico turco de 35 años. El también quería viajar a los mismos lugares que yo, así que conversamos sobre esos países y allí empezó una larga conversación. Era un chico de 1 metro 80, más o menos trigueño, con barba, parecía un sacerdote, bueno tenía esa pinta, usaba una túnica blanca muy hermosa con bordados y debajo su camisa con corbata. Me pareció un chico muy apacible y educado. Saliendo de la agencia me invito a tomar el té turco, el clásico te manzana, tan ricoooo!!! Después de una larga charla me acompaño a mi hotel y me invito a salir para el día siguiente y yo acepte!. Me parecía interesante conversar con un turco, conocer más sobre su vida, el país, la cultura, lo que piensan de otros países, etc. es lo máximo!!! Ramadan me invito a un restaurante típico turco, él estaba contento de ser mi anfitrión y mostrarme lo mejor de su país. Era buena gente, pero por ratos quería decirme y hacer lo que él quería, lo vi un poco posesivo, entonces me dije: ¡tan rápido se le salió lo musulmán!!!
Tomamos te, observamos como dos señoras en el restaurante preparaban y amasaban pan pita, y lo rellenaban con pollo o carne, queso, espinaca y aceite de oliva, bailamos junto con otros turistas una danza muy parecida a sorba el griego, que nos salió de miles de formas, pero nada similar jajaja, y aunque los turcos no lo quieran admitir su música tiene influencia griega y árabe. Ramadan era profesor de un colegio estatal y le pagan 300 dólares mensuales, enseñaba cronología turca (historia en otras palabras). Los chicos turcos estudian de octubre a junio de 8 a 5 pm en algunos colegios y otros de 8 a 3pm. Las universidades cuestan alrededor de 5000 dólares anuales y hay como 70 universidades en todo el territorio turco. Hablamos de religión, ¡el tema álgido!!! Me explico que Alá era Dios y Mohamed el profeta. Cada día rezan una parte del Koran cinco veces. Me gusto mucho hablar con Ramadan aquella noche, sobre todo porque hablamos de religión y política, y sabía mucho de historia, muy interesante, aunque varias veces él intentaba acercarse un poco más a mi diciéndome: “si tu eres cristiana y yo musulmán, no es problema para mi” yo solo me sonreía, jajaja pues es típico que algunas personas locales quieran estar con una turista, pero eso no va conmigo. Luego me dijo que quería ir conmigo a Marruecos y le dije que no había problema, pero luego dio marcha atrás y me dijo que viajaría a Japón a visitar a su hermano! Plop! tres veces plop!!! Cómo haría condorito, jajaja. Así termino mi historia con Ramadan.
Cada persona me ha dejado un poco de sí, he aprendido de cada una, pero sobretodo ha sido un maravilloso encuentro de culturas, de experiencias de vida, de personalidades, de caracteres, de intercambio de información, de sensaciones, de formas de viajar. Con muchos de ellos aun me escribo y seguimos este intercambio maravillosos de vivencias que es la vida, aunque no nos podamos encontrar. Estos encuentros también me han permitido entender mejor a las personas, su comportamiento, sus sentimientos, su personalidad, ser más tolerante y comprensiva, y abrirme a todos y a todo tipo de pensamiento y a su propia construcción de la realidad, porque cada uno la interpreta distinto y la ve distinto.
También me ha permitido comprobar que cuando se encuentran dos personas, el espíritu y el alma es lo que prima y no las nacionalidades y las diferencias culturas, porque al final todos somos humanos que sufrimos, nos alegramos y que vivimos un día a día, como tú, como yo. Ah!! y algo más te da ganas de llevarte a todas estas personas que vas conociendo a tu casa y mostrarles tu país, presentarles a tu familia y compartir lo que tienes, por ello a veces es difícil cuando uno se encariña con alguien en estos viajes porque sabes que tú sigues caminando y ellos también, o en muchos casos son ellos los que se quedan. También es increíble comprobar la cantidad de gente que viaja sola y que busca aprender, crecer espiritualmente, sentir, y ver con sus propios ojos lugares inimaginables que se quedaran grabados en la mente y el corazón, gente que te da la mano, que te aclara pensamientos, ideas, que te demuestra solidaridad – aun existe, que persiguen un objetivo y que sienten lo mismo a pesar de pertenecer a países tan diferentes a los nuestros. Hasta otro viaje!!



3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola!
Errante:

Cada viaje que un@ realiza de muchas maneras se convierte en una experiencia personal y única.

De repente tod@s nos dirigimos al mismo destino. De repente tod@s tomamos la misma ruta de viaje, de repente tod@s iniciamos el viaje de manera solitaria y nos sorprendemos al encontrar en el camino a tod@s los que van en la misma dirección.

Y tal vez, es el inicio del viaje de manera solitaria y como experiencia única lo que hace que después podamos tender puentes hacia los demás…

Errante dijo...

Hola Mikhaela me ha gustado mucho tu reflexión, muy inspirada, y si creo que cuando una inicia un viaje va tendiendo puentes y lazos, sembrando un poco de una en cada sitio...Gracias por estar alli siempre, siguiendo estas aventuras!!.

myeri dijo...

HOLA, QUE LINDA TU EXPERIENCIA, ME ENCANTÓ, WAO YO TAMBIÉN QUISIERA CONOCER DIVERSAR CULTURAS, PERSONAS, CONOCER, VIAJAR UFF... TUS HISTORIAS ME ALIENTAN A REALIZARLO.
Y ES VERDAD UNO TERMINA APRENDIENDO MUCHO DE LAS PERSONAS QUE CONOCEMOS EN EL CAMINO, YA SEA DE LA MISMA CULTURA U OTRA. POR DIFERENTES MEDIOS DE COMUNICACIÓN, MIRA YO ENCONTRÉ TU BLOG BUSCANDO INFORMACIÓN Y AHORA TE CONOZCO, LEO TUS PUBLICACIONES Y APRENDO MUCHO DE TI. BUENO YA EN TU PRÓXIMO VIAJE CONOCERÁS A TU RAMADAN JEJEJE.