Mi destino próximo era el desierto de Wadi Rum, lugar donde se filmó Lawrence de Arabia, uno de los desiertos mas hermosos del planeta, no solo porque su aspecto es parecido al paisaje lunar, sino porque es un desierto con elevadas montañas de piedra, de formas caprichosas que emergen de la arena, como si estos salieran de las profundidades. El desierto jordano es parte del desierto de Arabia Saudita compartido justamente con este país, pero también es uno de los desiertos donde existe la mayor cantidad de comunidades de beduinos-nómades de esta parte del mundo, que viven en el desierto siempre, y que conservan sus tradiciones hasta nuestros días, que no conocen la civilización, por tanto el sitio se convierte en todo un mundo por explorar, maravilloso e impactante a todos los sentidos. Me interesaba ir a este sitio no solo para hacer un recorrido por el desierto, sino para convivir unos días con una familia de beduinos!!!.
Había estado en Petra en un hotel muy acogedor, tan acogedor que el recepcionista del hotel no me quería dejar viajar a Wadi Rum y para no dejarme ir me puso una canción de Luis Miguel, realmente fue surrealista!, loco!! y raro escuchar a Luis Miguel en tierras árabes!!!. Lo que pasa es que el recepcionista estaba empeñado en a prender español y me contrato como su profesora por unos días!!, pero ya tenia que viajar. Era increíble el interés por aprender y el esfuerzo, me pareció excelente!. Finalmente partí hacia Wadi Rum, a las seis de la mañana, el viaje duraría dos horas desde Petra. Mi amigo el recepcionista del hotel me dio alguna información sobre el sitio. Algunos turistas me comentaban que había la posibilidad de hacer turismo vivencial y vivir con una familia de beduinos en el desierto, o sea internarte en el desierto y vivir con ellos!!! Qué lindo! Qué interesante!!, me pareció una experiencia maravillosa, así que pregunte todo al respecto, me emocione mucho, y ya me imaginaba yo, subida en un camello, cambiándome de un lugar a otro, comiendo, durmiendo, y trabajando con ellos. Es mas, mi amigo del hotel me dio el dato de una familia amiga para estar con ellos en el desierto, así que ya estaba decidido.
Según el chofer del bus, el desierto Jordano es la puerta de entrada al desierto Saudi y es la mejor parte. Después de haber recorrido algunos poblados como oasis lejanos en el desierto y algunos campos de refugiados, el bus entro a una nueva pista mas pequeña y estrecha que en realidad solo estaba afirmada, recorrimos unos metros y se termino la pista y de allí para adelante empezaba el desierto. Lo primero que ví es una especie de fuerte con policías y una zona contigua que la habían convertido en un Rest House, como le llaman aquí, una especie de complejo turístico, de construcción típica como el barro, parecido a los Casbah en Marruecos, fortificaciones de construcciones de arena y piedra que se mimetizan con el color de la arena, y donde alquilan “ratoneras” (carpas unipersonales) y donde hay servicios de baños, duchas, restaurante, todo un complejo en plena entrada del desierto. Al llegar, observaba mucho movimiento, muchos camellos, lindos!!, muchos jeeps blancos y muchos beduinos con sus clásicas túnicas blancas, sus turbantes, algunos muy barbudos, otros gordos!. Estos ofrecían paseos en jeep por el desierto, algunos hablaban con las justas inglés, muchos de ellos habían vivido y otros viven en el desierto y tienen a sus familias dentro y no habían salido a la civilización, hasta que empezaron a llegar turistas y ahora algunos ya no han regresado a sus familias y se han quedado trabajando aquí captando turistas, otros no se acostumbraron y regresaron a su vida de calma, paz, tradición, donde no existen las reglas, ni leyes, solo la ley de la vida y la supervivencia, donde la naturaleza les marca la vida, donde lo simple de la vida es lo que vale, donde ver la luna es el espectáculo diario para sus ojos, donde la radio, la televisión, la computadora, las pilas, no existen, donde no hay edificios, tiendas, bullicio, caos, autos, maldad, donde la mente, el espíritu y el corazón es lo que ofrecen y enriquecen cada día, donde la solidaridad, la ayuda mutua es lo que prima y donde la desconfianza no existe. Es un mundo que no esta contaminado por la civilización, por tanto un sitio especial, donde el tiempo no existe y otras cosas increíbles mas. Inclusive, antes no habían jeeps, solo camellos, pero todo va cambiando y así es el turismo.
Aquellos que se quedaron fuera del desierto y optaron por la civilización, tienen aquí sus pequeñas empresas, ya sea con un jeep, alquilando carpas o vendiendo productos de todo tipo en alguna tienda. Como siempre, al bajar del bus, se acercaron muchos beduinos: “Tour in the desert, miss”, “tour, miss”, “tour mister”, “tend miss”. Yo observaba todo alrededor, habían algunos turistas que alquilaban un jeep y se iban por su cuenta a recorrer el desierto, otros alquilaban una carpa y se quedaban allí. Me senté por un rato en el Rest House y mientras tomaba mi desayuno, tenia en mis manos la tarjeta con el nombre de mi familia en el desierto, y algunas frases en árabe para mostrar a cualquier beduino-guía que me indicara donde ubicar a la familia. Así que consulte en el Rest-House sobre el programa de viajes de turismo vivencial y me dijeron que ya habían algunos turistas internados en el desierto y que habría que contactar con una nueva familia, pero yo ya tenia la mía!, le comente al recepcionista y le entregué mi tarjeta. Inmediatamente, me dijo que era una zona muy alejada, pero que un jeep podía llevarme hasta cierta zona y de allí debía caminar unos metros, porque los jeep pueden entrar hasta cierta zona y luego no está permitido, las tribus beduinas no lo permiten. Entonces le consulte como podía llegar y cuanto tiempo me tomaría y cuanto costaba. Hice toda las coordinaciones y el recepcionista llamo a uno de los guías y hablaron en árabe. El chico era un jovencito, tendría unos 20 años, moreno, quemado por el sol con un bigote, era un árabe neto, neto!!! . El guía me dijo que llevaría a un grupo de holandeses antes a realizar un tour en las paredes de roca y una caminata, y que si quería podía unirme, y que en el camino me dejaría con la familia, así que pague por el tour y nos fuimos. Luego del tour me dejo con la familia, una experiencia increíble. Pero al cuarto día, el beduino-guía se apareció en las carpas gigantes de mi familia, sin el jeep por supuesto. Me saludo, saludo a todos, tomamos el te y hablaban entre ellos en árabe. Al poco rato el beduino me pidió que lo acompañara a traer agua de un reservorio incrustado en pleno desierto, como a una hora de allí, para abastecer a la familia, entonces lo acompañé. Pero durante la caminata el beduino comenzó a hacerme insinuaciones: “¿you know make a massage?”!! Y yo dije: What!!! . Luego hubo un silencio prolongado. Llegamos al jeep y subimos.
Pues, este fue un gran susto, pero mi experiencia con mi familia fue mas fuerte y grande que esta situación. En el fondo nunca pensé que este chico me haría daño, lo peor que me podría haber pasado, es que me hubiera perdido y que me quedara allí congelándome hasta el amanecer, además pensaba este chico es un beduino que esta aprendiendo lo que otros seguro hacen, esperemos que no. Cuando termino mi experiencia, vino por mi otro beduino, que no dijo ni una palabra en el camino!! Y al llegar a la civilización nunca me encontré con mi “captor” nuevamente, por decirlo de alguna manera. Ya en mi ratonera, medité mucho sobre lo que paso y trate de comprender: ¿que tal si este chico nunca hubiera salido del desierto? ¿Que tal si yo no abro la puerta del jeep? ¿Que hubiera pasado si no levantaba la voz?, ¿porque aun piensan eso de nosotras?, ¿de donde me salieron estas fuerzas y este riesgo???!!!pues aún hay preguntas que no tienen respuesta, pero ahora puedo contárselos y decirles que estuve mas de una semana en el desierto y ha sido una de la experiencias mas maravillosas de mi vida, y a pesar de los riesgos volvería a regresar. Hasta otro viaje!!